Hola!!!
Habró este tema xk me decidí a crear un fic de magic kaito, uno de mis personajes favoritos de detective conan, pero probablemente conan tambien hara su aparicion y creo k hattori, ran y kazuha tambien, pero primero me concentraré en el romance de la parejita y luegp pasare a la accion y tal vez, si ustedes kieres, al romance ran shin.
Las actualizaciones serán cortita, aviso, xk estoy ocupada con uno de yugioh, y si no recibo comenatrios no lo continuare, ok? pero si ustedes kieren una vez termine el de yugioh me concetraré a tope con este, de momento, espero comenatrios...
Asi pues, epsro k les guste:
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- Koruba!!! - un grito estremecedor retumbo entre los vestuarios del instituto, al mismo tiempo una bella joven trataba de lanzar un extintor contra la cabeza de su amigo de la infancia, quien trataba inútilmente de esquivarlo - degenerado!!! tramposo!!! pervertido!!! imbecil!!! como te cojas me las pagarás.
- Vamos Aoko, tranquilízate, no fue para tanto.
No pudo continuar, algo extremadamente duro había echo colisión en su cabeza dejándolo KO por unos instantes.
- Así aprenderás a no espiar en el vestuario de las chicas, baka.
El chico seguía acariciando al parte dolorida de su cabeza y no fue capaz de responder a la chica, sin embargo la llegada de algo, o mejor dicho alguien, le hizo recuperarse rápidamente.
- Vaya, vaya, parece k te dieron calabazas hoy para desayunar, cierto mago?
O debería decir más bien extintores?
- Vete a la mierda Saguru. Nadie te dio bola en este entierro.
- Yo no diría eso – comento mientras se giraba hacía Aoko – Quieres k te acompañe a casa, Aoko?
La chica dudo, realmente no quería k su enfado con Kaito llegara tan lejos, además, aunque no lo reconociera le gustaba abandonar el instituto acompañada del mago, era algo k hacía desde niños y para ella se había convertido en una tradición.
Sin embargo negarle a Saguru después de lo amable k era siempre con ella le parecía mal, y por otro lado significaba dar a entender k ya había perdonado a Kaito, cosa k en cierto modo, no era cierta.
- Esta bien – acepto resignada – después de todo mejor es ir contigo k con este baka.
Al mismo tiempo k decía esto tomaba la mano extendida del detective, dispuesta a caminar hacia su casa e ignorando al mago por completo.
Saguru dirigió una ultima mirada victoriosa al chico ojiazul antes de emprender la marcha.
Por su parte este permaneció quieto en el sitio, viendo con mirada triste como su amiga de la infancia marchaba de la mano del odioso detective, y en ese momento deseo no haberla echo enfadar nunca.
- Aoko... – la palabra emergió de sus labios en susurro incontenible, provocando en su pecho una sensación de dolor increíble – Perdóname.
Horas más tarde cierto joven vestido de blanco, y con un extraño monóculo en el ojo, trataba de concentrarse en su objetivo, sin embargo la imagen de cierta jovencita no dejaba de aparecer ante sus ojos.
“Aoko...”
- Te pille Kaito Kid!! Esta vez no escaparás.
El inspector Nakamori acababa de aparecer ante sus ojos, o tal vez estaba allí antes y no se había fijado, absorto como estaba en sus pensamientos.
Con un rápido, pero eficaz movimiento, logró esquivar al inspector, sin embargo de entre la oscuridad aparecieron nuevas figuras cortándole el paso.
- Te lo dije Kid! Esta vez no tienes salida!
- Maldición! – exclamo el chico; acto seguido golpeaba una ventana con una de sus cartas especiales y saltaba por ella, dispuesto a alejarse lo máximo posible del inspector.
- No! Otra vez logró huir.
- Qué hacemos ahora inspector? – interrogó uno de sus hombres.
- Atajo de inútiles, se puede saber a k estáis esperado? – silencio, todo sabían k era mejor no enfurecer al jefe cuando Kid estaba de por medio – Por las escaleras rápido! No podrá ir muy lejos.
- Si señor! – aceptaron todos, acto seguido se dirigieron a las escaleras, seguidos por el inspector.
- Jejeje! k fácil es engañarle! – un sonriente Kaito se apresuró a introducirse de nuevo en la habitación desde el marco de la ventana donde se había escondido.
Se detuvo un momento para contemplar como su muñeco de goma se mantenía en el aire alejándose del lugar gracias a las corrientes de aire y como los policías corrían tras el tratando de alcanzarlo.
Tranquilamente y con el camino despejado, se dirigió hasta la habitación en la k descansaba la joya k se había propuesto robar, el corazón de al mar, un increíble diamante incrustado en oro y decorada con marfil.
Saboreando al victoria, abrió la puerta y se dirigió a la vitrina k contenía la joya, sin embargo, una oscura figura emergió de la nada y se interpuso en su camino.
- Vaya, vaya, Kuroba, parece k estas perdiendo facultades – pronunció con una sonrisa de suficiencia – o será más bien k no superaste k tu amiga me prefiera a mi más antes k a ti?
Por mucho k el mago se esforzaba en mantener cara de poker, al furia en sus ojos le delataba.
- Si, de seguro es eso.
- Sabes, Saguru? – pronuncio lentamente el chico – hoy no tuve un buen día, asi k no te lo tomes como algo personal.
Instantes después desaparecía ante la cara atónita del inglés y reaparecía en la espalda de este.
Sin disponer de tiempo para reaccionar, el detective era noqueado por el ladrón y caía al suelo inconsciente.
El oji azul sonríe ante el cuerpo dormido de su rival, y mientras toma la joya, voltea a él y dice:
- Mentí; si fue algo personal. Eso te pasa por meterte con mi – recalcando esa ultima palabra – chica.
Con la sonrisa aun en los labios y un humor bastante mejorado, se dirige hacía la ventana extendiendo su planeador, y de un salto, comienza su vuelo hacía las estrellas.
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Los rayos de Sol comenzaban a filtrarse por la habitación de cierta oji azul, provocando k esta abandonara los hermosos brazos de Morfeo para volver a la vida.
“Por qué demonios tiene que amanecer tan rápido – pensó la chica mal humorada – y por qué tengo la horrible impresión de no haber dormido más de tres horas?”
De pronto su semblante se ensombreció, acababa de recordar el motivo por el k la noche anterior apenas había logrado descansar un momento.
- Kaito... – susurro al aire – mientras una nueva lagrima rodaba por su mejilla.
No lo lograba entender como su amigo podías comportarse de un modo tan doloroso para ella.
Es que acaso no comprendía lo mucho k le dolía ver su comportamiento hacia las otras chicas?
No es k estuviese celosa, o al menos ese no era el motivo principal de su enfado con el chico, si es k podría llamarse de ese modo.
Simplemente sentía como una daga le atravesaba el corazón, cada vez k su amigo de la infancia pasaba de ella tan solo para andar detrás de las otras chicas, cada vez k la miraba a los ojos y en ellos solo se reflejaba amistad, cada vez k la despreciaba como mujer para fijarse en ella como una simple niña.
Porque ella lo amaba, ignoraba el momento en k surgieron en ella esos sentimientos, pero ahí estaban, torturándola, privándola de la compañía de su mejor amigo.
Lo k ocurría es k ella no quería a su mejor amigo, sino k amaba al hombre k se escondía tras él.
Amaba al hombre k muy de vez en cuando asomaba a través de los ojos de Koruba, al hombre k se dejaba entrever en alguno de los actos del niño, al hombre que tan solo una vez la había mirado con ojos de mujer.
Sin embargo eso no era todo, ya que ella también amaba a ese niño, a ese chiquillo la hacía reír con sus trucos, k la hacía enfadar con sus locuras, k la hacía llorar con su desprecio.
Pero no era despreció lo k el sentía hacía ella, él la quería, estaba segura de k la apreciaba mucho, solo k como su amiga de la infancia, como su hermanita mayor.
La quería como a la persona k siempre estaba allí, dispuesta a reír con sus ocurrencias, a enfadarse con sus tonterías, a acompañarlos en lo alo momentos, si es k sufría alguno.
La quería, sí; pero con eso no era suficiente.
Cada vez sufría más su indiferencia a la mujer k era.
Cada vez le dolía más el k no fuera capaz de ver a través de su mirada, y descubriera su corazón y los sentimientos que allí habitaban.
Pese a todo no podía culparle por ello, no podía obligarle a sentir lo mismo, y mucho menos podía tratar de odiarle por ello.
Había sido egoísta, su reacción había sido egoísta, y no debió haber pagado con él el dolor k sentía, pues aunque el fuese el culpable de ese dolor, ni siquiera era conocedor de su existencia y de haberlo sabido, se habría entristecido mucho.
“Ya, debo dejar de lamentarme. Es cierto k fui egoísta y me comporté mal con él, pero ahorita mismo iré a disculparme – muy decidida con esta idea se incorporó de la cama, pero entonces recordó algo k interrumpió sus planes – bueno, será mejor k primero me vista, no puedo salir en pijama a ninguna parte. ”
Algo más tranquila se preparó para arreglarse y tomar el desayuno.
Sin embargo, recordando lo que su padre le había comentado unas horas antes, una vez termino de arreglarse, decidió salir un momento a revisar el correo.
Sonriente se encamino hacía las escaleras y abrió el portal para llegar hasta los buzones, sin embargo, algo más importante k una carta le estaba esperando fuera.
- Pero quién...? – sorprendida distinguió una figura que dormía apoyado en la pared del portal – Kaito!!!
Todavía dudosa de k su amigo no fuese más k una alucinación producida pro la falta d sueño, se arrodillo a su lado hasta colocar una mano sobre la mejilla del muchacho.
Sin embargó este no solo no desapareció, sino k le comenzó a murmurar en sueños.
- Aoko... perdóname – pausa – te lo contaré... algún día.
Durante un momento, la chica tuvo la intención de dejarlo continuar, sin embargo no se le hizo justo para él, así k suavemente trato de llamarle mientras su mano acariciaba el cabello del chico.
- Kaito, despierta – nada – Kaito!!!
Esta vez el chico si reacciono y fue abriendo lentamente los ojos, a lo k Aoko se apresuro a apartar su mano del cabello del chico.
- Kaito, k demonios hacía ahí dormido, acaso no tienes casa? – el chico aun no contestaba, por lo k ella trato de animarle – Por supuesto, debí suponerlo, seguro k tu madre te echo de ella, cierto?
Pese a todo el joven seguía sin responder y con el semblante serio, a lo k la chica comenzó a preocuparse.
- Por favor, dime k ocurre... – dijo ella casi suplicante.
- Yo... Aoko, por favor, perdóname, si? – ante eso la chica se quedó estática, esa era la repuesta que menos esperaba. Acaso debía suponer k el había pasado toda la noche allí tan solo para pedirle a ella perdón?
Al ver k no respondía el chico continuo.
- Por favor..., se k a veces me comporto como un imbecil, no puedo evitarlo, pero no soporto estar peleado contigo.
Me importas demasiado – termino el chico, mientras pensaba en k la chica a la k amaba, jamás llegaría a imaginar cuán ciertas eran las palabras k acababa de pronunciar.
- Kaito! - la chica no aguanto más la emoción y solo pudo arrojarse a los brazo de su amigo – yo también te quiero Kaito... – dudo un momento – quiero decir k no me gusta k estemos peleados.
- Entonces me perdonas por ser tan estúpido?
- Y tú a mi por ser tan enfadona y egoísta?
El chico solo sonrió, pese a k por dentro su corazón no cesaba de latir fuertemente en respuesta al abrazo de al chica.
Mientras tanto ella se incorporaba feliz, más feliz de lo k había esperado encontrarse al comienzo del día.
Kaito era increíble, jamás ningún otro chico habría sido de pasar toda la noche en un portal con la única idea de disculparse ante su amiga de la infancia y era en estos momentos cuando ella recordaba el porque nunca podría dejar de amarle.
- Vamos, pasa; te preparé algo de desayunar de seguro debes estar hambriento.
- En serio? – pregunto él entusiasmado – me salvaste la vida Aoko, yo ya tenía pensado morir de habré – pronuncio seriamente mientras se introducía en al casa.
Aoko solo sonrió, volvía a ser el de siempre.
- A propósito Kaito.. – se escucho una última voz antes de k se cerrase la puerta – por qué demonios pasaste allí la noche en vez de venir a disculparte en el día.
- Ah, eso... pues verás, como te conozco y se k lo bruja k eres cuando estas enfadada, pensé k no querías verme en todo el día, así k no se me ocurrió otra idea.
- Así k bruja, eh? – murmuro ella intencionadamente – entonces será mejor k vayas a otro sitió a comer, aquí solo hay comisa de brujas.
- No! – exclamo el chico horrorizado mientras su estomago gruñía desnutrido – por favor, no puedes hacernos esto... yo no quise decir lo k dije... me equivoque!
- Te equivocaste!!! – rugió ella – y esperas k me lo trague?!!!
Y de este modo un nuevo día daba comienzo para los dos amigos, para los dos corazones k suplicaban en silencio por el amor del otro, si siquiera sospechar k este ya les pertenecía.
Pese a todo, pronto, el destino, se encargaría de poner este amor aprueba.
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Y lo termianron, el primer capi!!!
Espero k les guste y por favo dejejnme sus reviews k tego un monton de ideas para continuar pero sin comentarios me entra vagancia.
Besitos, BY